Cirugía de cadera
La cirugía de cadera ofrece la oportunidad a los pacientes de reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de esta articulación contribuyendo positivamente a la calidad de vida del paciente.
Entre las afecciones que pueden dañar la articulación de la cadera, que a veces requieren una cirugía de reemplazo de cadera, se incluyen:
Artrosis
Artritis reumatoide
Osteonecrosis
Trauma complejo de pelvis y cadera
Artrosis
Comúnmente conocida como “artritis por desgaste”, la artrosis daña el cartílago resbaladizo que reviste los extremos de los huesos y que ayuda a que las articulaciones se muevan con suavidad.
Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es provocada por un sistema inmunitario hiperactivo. Esta enfermedad produce un tipo de inflamación que puede erosionar el cartílago y, ocasionalmente, el hueso subyacente, lo que da lugar a articulaciones dañadas y deformadas.
Osteonecrosis
Si hay una irrigación sanguínea inadecuada en la parte esférica de la articulación de la cadera, como podría ser el resultado de una dislocación o fractura, el hueso podría colapsar y deformarse.
Trauma complejo de pelvis y cadera
Son fracturas en las cuales existe una interrupción completa de todas las estructuras óseas y ligamentosas en el anillo posterior, existiendo una inestabilidad tanto rotacional como traslacional o vertical.
Tipos de cirugía
- Reemplazo total de cadera con prótesis de última generación.
- Cirugía de preservación de cadera: osteotomías y artroscopia con las cuales se pretende retardar el proceso degenerativo y así evitar o demorar cirugías más grandes como el reemplazo total de cadera
- Procedimiento de revisión de cadera: consiste en cambiar parcial o totalmente las prótesis utilizadas debido al desgaste y aflojamiento por uso o infección.